CARLOS VIVES Y EL ROCK DE MI PUEBLO


BIOGRAFIA

En el año ’93 Carlos Vives sorprendió a la industria discográfica con un trabajo que cambió el panorama de la música colombiana y por ende latinoamericana.  Fueron aquellos CLÁSICOS DE LA PROVINCIA, canciones tradicionales de la llamada música Vallenata (música de acordeón de las provincias del Caribe colombiano), que Carlos aprendió desde muy niño y que ya habían sido grabadas en un sin número de ocasiones por diferentes intérpretes, entonces ¿qué hizo diferente el proyecto musical de Carlos Vives? 
En Carlos se conjugaban una serie de factores que comenzaron a dar forma al “suceso” que ha sido su proyecto musical desde el principio:  Santa Marta, la ciudad donde vivió hasta los doce años es uno de los lugares más diversos del mundo, tanto cultural como geográficamente, flanqueada al norte por el Mar Caribe, llamada en sus orígenes “La Nueva Andalucía”, e influenciada por parentesco con Cuba y las islas grandes del Caribe; al Oeste, con la populosa ciudad de Barranquilla, con su historia maravillosa a orillas y al final del Gran Río de la Magdalena, el cual ha sido el encargado de llenar con su caudal de tradición mestiza, el carnaval de la ciudad; al Este con el gran desierto de La Guajira, territorio de la cultura nómada de los Wayúu, por quienes Carlos siente gran simpatía y respeto y en su familia se ha mantenido una estrecha relación con la región; al Sur, con la progresista ciudad de Valledupar y las provincias de Padilla, la ciudad está protegida por la Sierra Nevada de Santa Marta, el sistema montañoso costero más grande del mundo, con una depresión sólo comparada a la del Himalaya, y que a su vez es territorio de los Ikas y los Koguis, representativos de las culturas nativas americanas que han hecho un gran aporte a la música popular colombiana. 
Ese era el entorno de Carlos Vives, sus primeras fuentes, pero fue en Bogotá, la capital en las sabanas de Los Andes, a donde Carlos fue a vivir a los doce años y donde descubriría los otros elementos que darían forma definitiva a su proyecto, el que además abrió para la industria de la música local, nuevos caminos y en especial para muchos de los nuevos artistas colombianos.  Fue allí, en la Bogotá del frío y de la niebla donde expandió su panorama musical, y aunque en sus primeros tiempos como cantante de baladas son algunas las cosas que se puedan rescatar, desde aquellos años, ya en su interior, se estaba gestando la búsqueda de un nuevo sonido más autentico y verdadero para la llamada música comercial. 
“Cuando uno ha sido galán de telenovelas, la industria lo encasillaba a uno en las baladas (no tengo nada contra las baladas, pero a veces son patrones muy copiados), pero las historias para la televisión, de las que formé parte, fueron en general costumbristas dentro de nuestra novelística local, por ejemplo Escalona, que era la historia del pueblo vallenato y de un hombre compositor de la región, fue una producción musical que me ayudó a redescubrirme como músico colombiano y a orientar de una manera definitiva mi proyecto musical”.
Por su admiración y amistad por la banda de rock bogotana “Distrito Especial”, conformada por Bernardo Velasco en las guitarras, Carlos Iván Medina en los teclados y Einar Escaf en la batería, Carlos encontró la puerta de acceso para conocer ese pequeño universo que ya era la música local.  “Era una nueva corriente de música colombiana, de patrón urbano, no fueron los primeros pero tenían algo que los hacía diferentes, trabajaban en algunas de sus canciones patrones de la música tradicional, (hacían Blues con la Cumbia y Cumbia con el Blues) pero no de  manera convencional, en sus guitarras, teclados y batería habían codificado un rock propio”.  
Pero Distrito Especial no estaba sólo, Carlos también trabajó con el apoyo siempre incondicional de Ernesto “Teto” Ocampo, Tito Ocampo, Iván Benavides, Lucía Pulido, Richard Blair, Bernardo Osa y Gilbert Martínez, algunos de ellos conformaron su banda en aquellos primeros años.  “A veces parecemos diferentes pero somos iguales, con mi banda quiero ser parte de la música de mi país, que nuestros viejos músicos y compositores: Alejo, Leandro, Luis Enrique, Lucho Bermúdez, Los Corraleros, Los Gaiteros, el maestro Morales, Barros, Peñaranda, Salcedo, Galán, estén tranquilos y sepan que su trabajo y dedicación no ha sido en vano”.
Con la convicción de que la Cumbia del Río Magdalena era la base para todo, “el Vallenato es el hijo de la Cumbia y hermano del Porro, música de las sabanas de Córdoba y Bolívar y así sucesivamente”, dice. 
Tendría que probar esos patrones descubiertos en la música tradicional que lo habían hecho famoso.  Aunque al principio despertó dudas por parte de la industria y burla de algunos amigos, disco tras disco Carlos ha demostrado la profunda conexión que mantiene con su país y con su público en todos los rincones del mundo.
LOS CLÁSICOS DE LA PROVINCIA, el álbum que puso a Colombia en el mapa de la música, con su “Gota Fría”, la de Emiliano Zuleta, que afianzó la música colombiana en España y que abarrotó hasta las banderas las plazas de toros de la madre patria y puso a Carlos Vives y La Provincia (su banda musical) en la mira de las grandes compañías discográficas.  LA TIERRA DEL OLVIDO, uno de los álbumes más recordados, en donde canciones como “Pa’ Mayté”, todavía están en la programación de las emisoras más populares, el disco en donde Carlos le dice a su público: “lo de la música local va en serio”.
TENGO FE, tal vez su experimento más interesante, ha sido uno de sus discos más íntimos y al mismo tiempo el menos vendido, pero como él dice, es el que más le ha enseñado a crecer musicalmente.  Y aunque nunca es tarde, pienso yo, las seis nominaciones recibidas por el álbum EL AMOR DE MI TIERRA, un premio Grammy americano y dos premios Grammy latinos con el álbum DÉJAME ENTRAR, entre otros, han sido un espaldarazo y una motivación para el artista colombiano, quien en los últimos diez años ha dado mucho de que hablar, no solo por su proyecto musical exitoso sino por ser recordado como uno de los artistas más carismáticos y cariñosos con la prensa y el público en general, con ese atractivo que lo ha hecho popular entre las mujeres y lo ayudó a convertirse en uno de los actores más recordados de la televisión de su país. 
Hoy Carlos Vives nos presenta EL ROCK DE MI PUEBLO, a mi parecer un álbum de factura impecable en todos sus aspectos, desde el concepto y el diseño gráfico, pasando por cada una de las canciones, donde Carlos demuestra su madurez como compositor, escribiendo todas las piezas del álbum; historias y letras sencillas y profundas, canciones bien escritas, sin aspavientos ni pretensiones, que muestran una vez más el compromiso del artista con su tierra y su pueblo.
Canciones que van más allá de la localidad, canciones que unen y hermanan, un álbum para bailadores y amantes de lo auténtico pero por encima de todo, como él dice, “un álbum para todos”.
EL ROCK DE MI PUEBLO fue grabado en vivo casi en su totalidad.  Y es que La Provincia crece y crece musicalmente, es el resultado de mantenerse juntos viajando y tocando por el mundo entero, “es la única manera”, decía su co-productor Sebastian Krys, mientras preparaba el estudio “A” (el grande) de The Hit Factory Criteria para grabar en vivo, como en los buenos tiempos.
Ese es el rock de mi pueblo, el álbum que hoy se presenta y donde el artista concreta cada uno de sus sueños musicales, aquellas ideas innovadoras que al comienzo generaron dudas entre los neófitos y musicólogos y que hoy son una brillante realidad.  Vives no deja su música y sigue adelante, le cumple a su público y nos pone a pensar en el futuro maravilloso que se vislumbra para la música colombiana.
“COMO TÚ”:  Es increíblemente un vallenato rockero que con sus elementos de modernidad y su lenguaje costumbrista pero en especial su cadencia y rítmica la convierten por todo esto en el primer sencillo del álbum,
“LA MARAVILLA”:  Una cumbia rock con una fusión de rap, también cadenciosa; una historia urbana, una mujer inalcanzable.  Si la vida y la calle se parecieran a “ella”, todo sería más llevadero.  Un mensaje contundente.  Otro de esos experimentos muy bien logrados en el disco.
“MALETA DE SUEÑOS”:  Una fusión de vallenato, son cubano y cumbia.  Una de las mejores historias del álbum, tal vez sea su historia, el hombre que deja su tierra pero siempre sueña con regresar.
“LA FUERZA DEL AMOR”:  Una cumbia rock en patrón de ska, un himno a la superación personal, una voz de aliento para todos, un homenaje al corredor de autos de la Fórmula 1, el colombiano Juan Pablo Montoya.  Una canción merecida, muy positiva, muy esperanzadora.
“QUE TIENE LA NOCHE”:  Lo puedes descubrir, es un porro - rock de matices andinos, escrito para Bogotá, la ciudad donde el artista ha desarrollado gran parte de su carrera.  Una canción para bailar, bailar y bailar.
“VOY A OLVIDARME DE MÍ”:  Es la balada del disco.  Una canción de corte romántico, una historia de amor y de arrepentimiento, un cuadro sublime de soledad y desasosiego  en donde el artista transgrede todas las normas de interpretación de una balada y logra una naturalidad y una comunicación directa al corazón de la gente.
Canciones como “LA LLAMADA” y “GALLITO DE CARAMELO” cuentan en sus temáticas con un lenguaje muy vallenato en su forma más tradicional.  No pierden la esencia provinciana y se proyectan hacia el rock local con patrones de guitarras y batería de principio a fin.  Lo que Carlos siempre quiso hacer.
“SANTA MARTA – KINGSTON – NEW ORLEÁNS”:  Una de las canciones más interesantes del álbum, una fusión de cumbia, vallenato y sonidos del Mississippi; una historia divertida a través de la diversidad cultural de la Cuenca del Caribe y que el autor dice: “una canción para mostrar la conexión que existe entre el río Mississippi  y el río Magdalena, como generadores de los patrones musicales más importante de la región”.
“LA PRINCESA Y EL SOLDADO”:  Es un vallenato – rock.  Es una canción de amor donde su inspiración son sus dos hijos.  Es una canción  para todas aquellas personas que tienen que viajar, que dejan a sus hijos pero que siempre los llevan en el corazón.  Definitivamente es la canción más rockera del álbum.
“EL ROCK DE MI PUEBLO”:  La canción que le da el nombre al álbum, simple y llanamente una cumbia rock.  Un himno para los colombianos; es la magia del río Magdalena que alimenta la vida en la gran ciudad; un agradecimiento a aquellos músicos que ya lo habían dicho, “la madre era la cumbia”, Francisco Zumaque, José Barros, Guillermo Abadía Morales, Totó la Momposina; una declaración de amor a su país.
Y no podían faltar en los discos del colombiano, los detalles útiles e ingeniosos.  “EL DURO – EL ORIGINAL” es un jingle de un minuto en donde el artista invita a su público a rechazar la piratería y a colaborar con el futuro de la industria discográfica.
El nuevo álbum de Carlos Vives llega como la brisa fresca en una tarde calurosa, escuchar sus canciones en la radio, en la casa o en cualquier lugar, indudablemente será un aliciente para miles de personas que como yo, trabajamos en pueblos y ciudades y que buscamos en las canciones señales, tal vez ideas para seguir adelante.

SANTIAGO G. BENITEZ RODRÍGUEZ
Fuente: www.carlosvives.com

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DEJAME ENTRAR-CARLOS VIVES


CARITO-CARLOS VIVES


VOY A OLVIDARME DE MI-CARLOS VIVES


LUNA NUEVA-CARLOS VIVES


COMO TU-CARLOS VIVES


FRUTA FRESCA-CARLOS VIVES


LA TIERRA DEL OLVIDO (TODO UN CLASICO)-CARLOS VIVES

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